El boilover de Tacoa, una tragedia que conmocionó a Venezuela y al mundo

En el sector Arrecifes del estado Vargas, Venezuela, se ubicaba la planta termoeléctrica “Ricardo Zuloaga” (conocida como Tacoa), encargada de suministrar energía a Caracas y sus alrededores. El 19 de diciembre de 1982, este sitio se convirtió en escenario de una de las peores tragedias industriales del país: una explosión que dejó 154 muertos, 300 desaparecidos, miles de heridos y pérdidas millonarias. Hoy, renombrada como Conjunto Generador Josefa Joaquina Sánchez, su historia nos recuerda por qué la prevención es vital.

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¿Qué desencadenó el desastre?

Durante una operación rutinaria de descarga de 15.000 litros de combustible del buque Murachí, dos operarios supervisaban la estructura desde 17 metros de altura. Al detectar un sobrecalentamiento, uno de ellos abrió una escotilla para inspeccionar, permitiendo la entrada de aire que avivó las llamas. En minutos, el tanque Nº 8 estalló, seguido horas después por una segunda explosión en el tanque Nº 9, que desató una bola de fuego de 250 metros de radio, carbonizando todo a su paso.

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El Boilover: El fenómeno tras la catástrofe

Lo ocurrido en Tacoa fue un Boilover (rebosamiento por ebullición), un fenómeno en el que el agua acumulada bajo el combustible se evapora por el calor, generando vapor que expulsa violentamente el líquido inflamado. Según la NFPA 30, esto ocurre en tanques abiertos o sin techo, donde el agua (proveniente de lluvia o decantación) y el combustible coexisten.

Mecanismo letal:

1. El fuego en la superficie calienta las capas inferiores del combustible.

2. El calor llega al agua en el fondo, transformándola en vapor.

3. El vapor, al expandirse, empuja el combustible en llamas hacia afuera, creando una explosión masiva.

En Tacoa, este proceso lanzó petróleo hirviente que arrasó con viviendas, vehículos y vidas humanas.

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Lecciones para no repetir la historia

Aunque no podemos cambiar el pasado, Service Fire 3000 destaca medidas clave para prevenir tragedias similares:

1. Protocolos estrictos: Cumplir normas como la NFPA 30 y revisar periódicamente instalaciones industriales.

2. Equipos especializados: Sistemas de rociadores, extintores de espuma y encapsuladores para controlar incendios.

3. Mantenimiento preventivo: Extintores recargados y ubicados estratégicamente.

¿Ya revisaste el estado de tus extintores? En Service Fire 3000 le brindamos seguridad con soluciones confiables.